“Estamos acostumbrados a pensar el futuro como una línea que se proyecta desde el pasado, y por supuesto eso es válido. Pero para enfrentar transformaciones profundas necesitamos mirar también desde los futuros posibles y preguntarnos cómo adaptarnos de la mejor manera”, señaló Lidijover.

Durante su presentación, destacó algunos de los drivers y tendencias que marcarán la agenda laboral en los próximos años:

• Cambio climático y sostenibilidad

• Transformación demográfica y envejecimiento poblacional

• Reconfiguración cultural y reducción de la jornada laboral

• Avances en inteligencia artificial y capacidad de cómputo

La expositora hizo hincapié en la importancia de desarrollar pensamiento sistémico y capacidades adaptativas, tanto en personas como en equipos y organizaciones:

Personas: diseñar trayectorias laborales no lineales, fortalecer las habilidades relacionales y formar nuevos liderazgos.

Equipos: fomentar la heterogeneidad y la cooperación como base para enfrentar escenarios inciertos.

Organizaciones: generar estructuras plásticas y cohesionadas, capaces de ajustarse con rapidez.

Mercado: potenciar la asociatividad empresarial para crear soluciones comunes.

“Lo que más nos abruma del futuro es que tengamos que ser distintos. La clave no está en predecir lo que viene, sino en abrazar nuestra capacidad de adaptarnos”, reflexionó Lidijover.

Con este llamado, el encuentro invitó a ingenieras e ingenieros a pensar en el futuro no como una amenaza, sino como una oportunidad para reimaginar el trabajo y su impacto en la sociedad.